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PICASSO Y LA MIRADA QUE ROMPIÓ LA MATRIZ: EL ARTE COMO PORTAL A LA CONSCIENCIA EXPANDIDA


La Mirada de Picasso:                                                 Blog Espiritual by Yone Alvarez Boccardo
La Mirada de Picasso: Blog Espiritual by Yone Alvarez Boccardo

Los artistas son los grandes filósofos de la estética.


Cuando un artista entra en un momento de creación, se sumerge en un profundo estado meditativo. Mientras dialoga con la progresión y el dinamismo de su obra, en ese trance sutil su cuerpo, mente y espíritu se alinean con el torrente más puro de la Consciencia Colectiva.


Y si en el proceso logra liberarse aún más de su Ego, puede entrar en estados de éxtasis en medio del elixir, donde su Ser habilita el espacio para que la Supra-Consciencia se exprese a través sí. Entonces su arte deja de ser solo suyo y se convierte en revelación, mensaje y portal.


Pablo Picasso es, sin duda, uno de los artistas más influyentes de la modernidad. Su obra marcó un antes y un después, no solo en el arte, sino en la forma que percibimos la realidad.


Lo curioso es que, sin haberse declarado un iniciado en la espiritualidad ni haber cultivado la profundidad científica de Leonardo da Vinci, dejó una huella que sigue resonando en el Inconsciente Colectivo de la humanidad hasta nuestros tiempos.


¿Por qué su obra fracturada y fragmentada fue tan poderosa en nuestra percepción? ¿Qué fue lo que Picasso realmente vio?


Picasso no pintaba lo que el ojo humano ve, sino lo que el ojo del Espíritu, la Supra-Consciencia, observa y transmite a través de él.



La Mirada de Picasso
La Mirada de Picasso

Él no buscaba reproducir el mundo tal cual “es”, sino descomponerlo en fragmentos que revelaran su estructura subyacente. Intuía que detrás de todas esas formas había “algo”, una vibración que se escondía y movía por debajo, por detrás y por dentro de los objetos. Y como un niño, veía desde la pureza de su consciencia los lenguajes sutiles de la creación, que iban emergiendo ante él “a simple vista”.


Veía cómo todo estaba hecho de geometría, colores y frecuencias bonitas y sensitiva. Y al ser capaz de descomponer las formas, percibía la existencia de planos y dimensiones fuera de este espacio y tiempo, esos lenguajes invisibles que sostienen todo lo que podemos ver.


Su arte no es una representación del mundo, sino una llave que nos abre una puerta a una Dimensión Fractal de la Consciencia. Sus lienzos son ventanas fractales, portales por donde podemos asomarnos a realidades más profundas de la creación de nuestro universo.


Cuando la mirada de Picasso rompió con la Percepción Lineal, habilitó el cruce entre lo humano y lo divino, y su ojo tocó por instantes el Ojo de la Creación.


La Mirada de Picasso y el Ojo de Horus
La Mirada de Picasso y el Ojo de Horus

Para quienes conocen los códigos de la Geometría Sagrada, observar la obra de un Maestro tocando uno de los lenguajes esenciales de la Creación es sin duda un deleite. Y es que la fragmentación en su obra no es sólo una decisión estética, es en sí misma la ruptura de la matriz perceptual para develar estados subyacentes. Es un acto revolucionario del alma.



La Mirada de Picasso and me
La Mirada de Picasso and me

Desde mis propios estados meditativos, quise sumergirme en esa percepción fragmentada de la Creación. Comencé a despertar en mí “la mirada de Picasso”: me miré la punta de la nariz, y empecé a jugar con mis ventanas al mundo. Comprendí que para acceder a esos niveles de visión hay que dar tres o cuatro pasos hacia adentro de la percepción convencional, sintiendo lo que mira a través de uno.



Entonces comprendí que el tamaño de las formas en sus obras no era aleatorio, sino una cuestión de proximidad al Ojo del Espíritu. Picasso pintaba desde esa mirada divina, aunque no pudiera nombrarla.


Los ojos grandes, siempre presentes en sus obras, eran símbolo de eso: el ojo interno, la visión que todo lo abarca. Sabía que la mirada es una de las puertas de acceso a una comprensión de la totalidad, de la unidad de todas las cosas, y sentía desde esos estados la vibración detrás de los objetos.


Picasso no solo pintaba las formas. Pintaba la vida siendo.



La Mirada de Picasso
La Mirada de Picasso

Entonces, ¿Por qué no todos podamos ver el mundo como Picasso?


El Yo.


Ese yo con el que nos identificamos —el tuyo, el mío, el de todos— está adherido a un sistema de creencias, narrativas y filtros mentales que moldean la percepción.


Tus concepciones te hacen “pre-ver” de cierta “forma” la realidad.


Solo cuando el individuo se libera temporalmente del Yo Consciente al disolverlo, y deja que fluya a través de él un observador interno mucho más profundo y neutral a su observador terrenal, ese que mirará a través de él tomará el timón, y entonces desde ese ojo sutil, más vasto, sensible y sabio, le hará sentir y comprender “lo que habita detrás de las formas”.


La mente debe silenciarse, para que el Espíritu respire a través de nuestro Ser. Ese que observa a través de nosotros, no somos nosotros, es mucho más que la suma de sus partes.




La Mirada de Picasso y el Ojo de Ra
La Mirada de Picasso y el Ojo de Ra

Picasso nos dejó pistas en sus obras. Sembró, a través del Cubismo, semillas para despertar nuestra propia mirada de las cosas.


Nos susurró en colores y formas fragmentadas:


“Lo que ves no es lo único que existe,

aprende a mirar más allá.

Sal de la rigidez de la forma,

y entra en lo que está más allá de la fragmentación”


Su arte es una invitación, a la vez que un entrenamiento, para ver la realidad desde múltiples dimensiones.


Así como ocurre en el yoga, en estados de Flow en el deporte y en tantos momentos creativos, no necesitas inundarte en psicodélicos ni plantas medicinales…


El Ojo de Dios ya habita dentro de ti.

 

 

 
 
 

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